viernes, 21 de marzo de 2008

De H.G.Wells al Condensador de Flujo

Lo mejor es ser “retro”. Cuando las películas estrenadas en la semana no producen la sensación de necesidad por la escritura, hay que volverse hacia los orígenes. No muy lejos por supuesto. Bastará con mirar hacia 1985 y encontrarnos con Volver al Futuro I. Genial comienzo de la trilogía dirigida por Robert Zemeckis. Se trata de una película fantástica llena de aventura y además sumamente taquillera. Dueña de personajes inolvidables como Marty McFly, el "Doc" Emmett Brown y sus diferentes perros con nombres acordes a la época. El guión de la película fue escrito por Bob Gale y el mismo Robert Zemeckis, mientras que sus protagonistas fueron Michael J. Fox y Christopher Lloyd. En aquel momento la primera parte de la trilogía recaudó 210 millones de dólares, por lo que se convirtió en la más taquillera de 1985. Alan Silvestre fue el encargado de la banda sonora, que es recordada por los fanáticos como una verdadera joya cinéfila. Pero en definitiva habría que preguntarse qué es lo que más atrae del film. En primer lugar, es interesante recordar los antecedentes o el trasfondo de la narración. Hay un viaje en el tiempo a través de un De Lorean, automóvil trasformado en máquina del tiempo gracias al condensador de flujo. “La Máquina del Tiempo” fue una de las obras más interesantes de Herbert George Wells, más conocido como H. G. Wells. Uno de los mayores exponentes de la narrativa inglesa junto con Julio Verne. Wells en 1895 escribe esta novela y abre la literatura hacia una nueva visión sobre el tiempo, uniéndose a teorías y pensamientos radicales de la época. Pero a su vez, Volver al futuro presenta a Julio Verne como el pilar, o más bien como el mentor tácito del personaje Doctor Brown. Este no es un dato velado dentro de la historia. Es el mismo Christopher Lloyd a través de su personaje, quien da a conocer su fanatismo por obras como “20.000 leguas de viaje submarino” o “Viaje al centro de la tierra”. Y lleva su amor hacia el escritor inglés (notable representante del positivismo de su época) a tal punto, que llama a sus hijos Julio y Verne respectivamente. La película trabaja fuertemente sobre un metalenguaje. Hay secuencias que hacen referencia a otras películas (Taxi Driver, en Volver al Futuro III), los comentarios son tomados de la cultura popular, y, como mostramos, hay una alusión constante a ciertas obras de la literatura inglesa. Volver al futuro es a esta altura un clásico destinado a seguir renovándose con cada nuevo espectador que la descubra. Es una película con películas adentro, con historias y con autores. Una verdadera joya del cine “pochoclo”.

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