lunes, 10 de marzo de 2008

El arte del provocador

Como venimos informando desde hace algún tiempo desde la revista, estará hasta el 24 de marzo la muestra de León Ferrari llamada “Heliografías” en el Teatro Auditórium. León Ferrari (de 87 años) es un artista plástico argentino considerado por el New York Times como uno de los cinco artistas plásticos vivos más provocadores e importantes del mundo. Para muchos su nombre comenzó a sonar en el año 2000 cuando presentó su muestra “Infiernos e idolatrías” en el Instituto de Cooperación Iberoamericana, que fue atacada por algunos grupos que arrojaron gases y pinturas. En 1965 había presentado en el Premio Di Tella, con consecuencias similares a las del 2000, “La Civilización Occidental y Cristiana”. Durante la última dictadura militar vivió en San Pablo Brasil donde se dedicó a las esculturas metálicas y realizó experiencias con fotocopia, arte postal, microficha, video-texto, libro de artista y heliografías. “Heliografías” es una serie que si bien no es lo más representativo de León Ferrari, sirve para poder tener un acercamiento a él. Pero particularmente en este artículo se quiere volver de un modo lo más objetivo posible a la obra que marcó el conflicto: “La Civilización Occidental y Cristiana”. Se trata de una escultura en la cuál se utilizó la imagen de Cristo crucificado a un avión de las fuerzas armadas de EEUU. Hay que considerar el punto de vista de quienes se sintieron afectados por la obra de Ferrari. Lo explícito de la imagen de Cristo podría haberse evitado para no causar molestias y no generar actos de violencia. Podría haber desarrollado el concepto sin aludir a dicha imagen. En aquel momento (1965) la obra hacía referencia a la guerra de Vietnam y en la actualidad se considera que hace referencia a la de Irak. Quienes siguieron los discursos del Presidente Bush a partir de la caída de las torres, durante la guerra en Afganistán y en los momentos previos al enfrentamiento en Irak, se encontraron con una visión maniqueísta de un tono fuertemente religioso. Esto en definitiva se encuentra plasmado en esta obra. Ferrari, más allá de lo conflictivo de sus creaciones, sigue presentándose como un artista con un manejo plástico y subjetivo de los elementos sumamente interesante. Pero también es real que temas como el aborto, la homosexualidad, la blasfemia, la inquisición y la Iglesia como institución, le sirvieron para exacerbar las relaciones con los católicos y hacer masiva su obra. Hasta el 24 de marzo habrá oportunidad de conocer con entrada libre y gratuita a este artista argentino que despierta odios y admiraciones.

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